Contratar bien es difícil, pero no imposible: señales de que tu equipo sí está funcionando

No todo lo que brilla es talento. Tener una nómina llena no significa que el engranaje esté funcionando como debe. Lo que separa a un equipo promedio de uno que saca la empresa adelante son ciertos detallitos que a veces pasan desapercibidos.

1. Tienen claro el propósito, no solo el rol
Cuando la gente sabe para qué hace lo que hace, el resultado cambia. No es lo mismo marcar llamadas que saber que estás ayudando a recuperar la liquidez de la empresa. Y eso se entrena.

2. Retroalimentación sin trauma
Un buen equipo no le teme a las métricas ni a los informes. Al contrario, los usa para crecer. Las organizaciones que incorporan seguimiento, coaching y cultura de mejora continua notan menos rotación y más compromiso.

3. El ambiente se siente (y se contagia)
Un lugar donde la gente trabaja motivada no necesita letreros de «Aquí somos felices». Se nota en los resultados, en la actitud y hasta en los chats del grupo. Cuando el clima laboral se cuida, la productividad lo agradece.

Formar un equipo de alto rendimiento toma tiempo, pero hay caminos más cortos si se recurre a quienes ya saben cómo construir talento que se ponga la camiseta desde el primer día.

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Nieto BPO
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